viernes, 6 de junio de 2014

ENTRADA A LAS COMUNIDADES KICHUAS DE PAKAYACU Y SARAYACU

ENTRADA A LAS COMUNIDADES KICHUAS DE PAKAYACU Y SARAYACU

Bodas en Pakayacu clausuran la visita
6 al 21 de junio 2014.
Un año más nos sentimos al terminar esta visita en el interior de la selva, cansado y contento de poder celebrar el encuentro del pastor con sus ovejas bendiciendo e impartiendo la gracia de Dios a través del Espíritu Santo que confirma y que guía y alimenta a su iglesia.
Acabábamos el domingo de celebrar en la ciudad de Puyo, la clausura del segundo Retiro general de las Santas Misiones Populares con la participación de 700 personas de las cuales una gran parte era de las comunidades indígenas, con lo cual vemos que poco a poco nuestro proyecto pastoral del Vicariato se va abriendo paso en la ciudad, en lo rural y hasta el interior de la selva. El espíritu misionero nos impulsa visitar a nuestros hermanos también a los más lejanos, para animar y fortalecer la fe tanto de los católicos que allá viven como de misioneros que les guían y acompañan.

Por ello un año más empezando la serna volamos hasta Pakayacu en nuestras visitas pastorales, en esta ocasión acompañado del P. Jesús Castejón, sacerdote madrileño que ha llegado hace unos meses a nuestro Vicariato, aterrizábamos en la pequeña pista de tierra de Pakayacu donde nos esperan la Hna. María Bartol, la misionera más veterana de nuestro Vicariato, pero con un gran espíritu misionero envidiable, acabando de cumplir 78 años de vida, con encomiable entrega generosa por los más pobres que viven en esta selva, es como la madre que acoge, aconseja y mira por la comunidad en especial por los más débiles, los niños y ancianos, con su comedor para ancianos, su guardería de niños y buscando como dar una comida al día a los 400 alumnos de la escuela que llegan cada mañana a la escuela sin nada en su estómago, o quizá un pilche de chicha si es que les dieron en casa. Aguantar toda la jornada escolar así, día tras día, en verdad que es difícil poder aprender o escuchar lo que los maestros les puedan enseñar. Visitamos también las últimas aulas que los padres de familia y maestros habían construido, porque por el número elevado de alumnos no tenían donde dar la clase, aulas cuyo piso es la tierra, las paredes de guadua o chonta y el techo de paja o zinc, verdaderamente la revolución ciudadana que el gobierno predica no ha llegado allá. Allí nos encontramos en una de estas aulas al amigo Sandro antiguo alumno de nuestro seminario, nos dio mucha alegría verle como maestro enseñando a su gente.
Y nosotros seguimos con la revolución de Jesús fortaleciendo la fe y la esperanza de estos pueblos desde el espíritu que Dios pone en nuestro corazón.
El primer día de visita tuvimos en la tarde las confesiones y los bautismos, 18 nuevos cristianos católicos recibieron la nueva vida en el espíritu. Después de la ceremonia visitamos algunas familias de los bautizados como la casa de Luis y de René, acompañando la chicha y carne de monte.
También cabe destacar que el templo ha sido remodelado, con tejado nuevo, paredes y ventanas, por lo cual felicitamos a todos los que han colaborado para hacer realidad esta obra.
El segundo día de nuestra visita celebramos 44 primeras comuniones y 13 confirmaciones, gran fiesta por el gran número de familias que sus hijos recibían sacramentos, así que los tambores y la música no pararon hasta las 4 de la mañana.

Llegamos al tercer día de nuestra gira, en la que celebramos el sacramento del matrimonio de dos parejas, que pidieron la bendición de Dios, algo no tan usual en estas comunidades. Hilario Alfredo Aranda con Livia Jacqueline Varela Ushihua y Ulvio Fabricio Tapuy con Paulina Marcelina Yasacama.
Es la ceremonia que más expectación tiene para la gente del lugar, pues toda la boda tiene también su minuciosa ceremonia, desde vestir a la novia en sus casas con sus vestimentas típicas para este acontecimiento, hasta llegar a la Iglesia acompañados del novio y la comitiva que al ritmo de los tambores y los pínfanos por el camino, dentro de la liturgia no faltaran los mullos que se pondrán a los novios con los signos de la unidad , tampoco faltara la camachina que harán los padrinos o compadres a los novios, dándoles dentro de la ceremonia, los consejos oportunos. Después regresaran a sus casa para el almuerzo y volverán a bajar de nuevo a la plaza acompañados de los invitados y los tambores para iniciar el gran baile con el pueblo no sin antes entregar la ofrenda al sacerdote, la novia una mocagua llena de maní y huevos y el novio el mejor gallo del corral, los invitados traen un palo de leña y amarrado a él un plátano verde.

Comenzará el baile que es todo un espectáculo, las mujeres al ritmo del tambor acosaran son el movimiento de su cabellera, y la gran melena de su pelo se moverá junto con su cuerpo tratando de arrinconar al que toca el tambor. Terminado el bailes entraran a la capilla para rezar una avemaría a la virgen y encender una vela, así de nuevo continuar la fiesta en sus casas al son de la música y la chichada hasta la madrugada.
Monseñor Rafael Cob García

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