miércoles, 29 de febrero de 2012

SACERDOTES DIOCESANOS MISIONEROS EN ECUADOR EN LA VANGUARDIA DE LA EVANGELIZACION ADAGENTES




Del lunes 30 de febrero al 3 de marzo se reunieron en Macas como cada año los sacerdotes misioneros diocesanos de las 6 provincias orientales y las islas galápagos justamente con sus obispos, un acontecimiento eclesial importante en la Amazonia Ecuatoriana.
Acabamos de terminar como cada año los ejercicios espirituales para los sacerdotes diocesanos de los Vicariatos del Ecuador en la ciudad de Macas, feliz iniciativa que iniciamos hace mas de 6 años, donde cada año la primera semana de Cuaresma junto a la reflexión y meditación que nos acompaña cada día en el silencio y la oración, se siente la alegría de la fraternidad de compartir una misma vocación, la vocación sacerdotal misionera. Dentro de un mismo ambiente de trabajo, la amazonia ecuatoriana, una fuerza y un regalo de Dios para su Iglesia misionera en el Ecuador.

Son 8 jurisdicciones eclesiásticas las que conformamos esta realidad de territorios misioneros adgentes, las 6 provincias amazónicas: Lago Agrio, Orellana, Napo, Pastaza, Morona Santiago y Zamora, mas la provincia de Esmeraldas y las islas Galápagos.

Casi un tercio de las jurisdicciones eclesiásticas de todo el Ecuador que son 25 .Una riqueza y un desafío para la Iglesia. Nos sentimos con sano orgullo, ser los pioneros de la vanguardia misionera en Ecuador en esa entrega generosa de servir a estos pueblos que día a día van creciendo y fortaleciendo en su fe, a pesar de las muchas dificultades que se encuentran para llegar hasta donde viven las minorías de los pueblos indígenas, donde en algunos lugares solo atravesando el aire en frágiles avionetas o surcando los ríos en frágiles embarcaciones. Acabo de recibir al kuraka Jaime Flor, pidiendo ayuda para construir una capilla de hoja de palma y madera, para su comunidad de Lorocachi, que está a una hora de vuelo, no hay carreteras ni caminos en la impenetrable selva y solo visita el sacerdote una o dos veces al año, pero allí está el catequista servidor de la comunidad, que reúne cada domingo a su comunidad para celebrar la fe, y está preparando a los niños para cuando entre el padrecito poder recibir los sacramentos, él me comenta “tengo una hija de 11 años que no falta un domingo a la catequesis para poder hacer la primera comunión”.
Allí el diagnostico de la realidad no es el materialismo, ni el hedonismo, ni el relativismo que existe en nuestra sociedad postmoderna. Allí sobreviven con los medios que la creación de Dios les ha dejado en la exuberante naturaleza amazónica, pero ellos, hambrientos de vida en el espíritu están recibiendo la fe incipiente que poco a poco va creciendo, lo que otros pueblos quizá van perdiendo.

Es en estas minorías de pueblos a las que servimos donde nos dan una gran lección que aprender a una sociedad egocéntrica, de personas que no acaban de entender donde está el verdadero valor del trabajo misionero y el sacrificio que supone servir a los pobres para recibir de Dios la mayor de las recompensas: “lo que hicisteis con estos mis hermanos más pobres conmigo lo hicisteis “Cuando el Papa nos convoca a trabajar por la Nueva evangelización para la que creó un nuevo Dicasterio y decía “El mundo hoy necesita personas que anuncien y testimonien que es Cristo quien nos enseña el arte de vivir, el camino de la verdadera felicidad, porque Él es el camino de la vida, personas que tengan ante todo ellas mismas la mirada fija en Jesús el Hijo de Dios” Pero ¿donde tenemos hoy los sacerdotes y los cristianos puesta la mirada hoy? en una sociedad instalada en la comodidad, falta de sacrificio y falta de valores permanentes queriendo entrar por la puerta no angosta sino ancha y el camino fácil que no lleva a la autentica vida.

A los 50 años de la celebración del concilio VTII y en el inicio del año de la fe que comenzará el próximo mes de octubre, El mismo Espíritu que suscitó aquel concilio, nos debe dar un sacudón, nos debemos preguntar ¿cuál es mi fe? Escuchando las palabras del apóstol Santiago: “yo por mis obras te demostraré mi fe”.

Rafael Cob 

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