miércoles, 16 de abril de 2014

MISA CRISMAL. HACED ESTO EN MEMORIA MIA

MISA CRISMAL. HACED ESTO EN MEMORIA MÍA
 
16 de abril de 2014.

En este día queremos recordar el gran regalo que Jesús hizo a su Iglesia con el sacramento del sacerdocio ministerial. “haced esto en conmemoración mía” y desde aquel día el ministerio sacerdotal ha traspasado en el tiempo de los siglos, la entrega generosa y total de la vida de Cristo sacerdote, que se convierte en donación sin reservas, en fortaleza y compañía, prolongada en las manos y las palabras de cuantos fueron consagrados en la vocación especifica del sacerdocio ministerial.
Es la eucaristía convertida en el milagro de amor que se ofrece y se entrega en el corazón sacerdotal del hombre elegido por Dios, es el perdón de Dios que a través de las palabras del sacerdote nos llega la misericordia divina que recoge nuestros pecados y nos devuelve la paz perdida.
Un año más podemos preguntarnos ¿Qué es El sacerdote? ¿Para qué es el sacerdote? ¿Cómo debe vivir el sacerdote? Y mil preguntas más nos podemos hacer, pero todas las respuestas tendrán una referencia a Cristo sacerdote del cual todos participamos, y el sacerdote siempre estará llamado a ser y actuar como Cristo sacerdote.
Todas las lecturas de esta misa crismal están dedicadas a poner de manifiesto la tarea del sacerdote como nos lo dice el profeta Isaías y el evangelio de Jesús.
El sacerdote es elegido, llamado y enviado para una misión delicada y trascendente.
Elegido, ungido y enviado sin uno merecerlo sino por pura gracia de Dios, enviado para anunciar la buena nueva a los pobres, proclamar el perdón, sanar el corazón, consolar al afligido, liberar al oprimido, derramar la gracia de Dios sobre el pueblo.´
Una tarea nada fácil ¿cómo cumplir esta misión? Desde nuestras fuerzas humanas imposible. Con la gracia de Dios todo se puede.
Cuando uno es elegido y llamado y ungido sin merecerlo, sino gratuitamente por la misericordia divina, ¿Qué tendrá que hacer? ser agradecido. Por ello lo primero que hoy los sacerdotes y el pueblo de Dios debemos decir en esta celebración es, Gracias Señor porque nos diste el sacerdocio ministerial. Gracias porque me elegiste y me ungiste como sacerdote para siempre.
Porque el sacerdocio es un regalo de Jesús a su iglesia. Por eso estamos aquí no solo los sacerdotes sino con su rebaño, con su pueblo, que junto con sus pastores caminan unidos y en comunión al encuentro con el Señor. Y hoy deben elevar su oración de gratitud a Dios, y decir gracias porque nos distes sacerdotes que nos guíen y orienten en el caminar de esta vida, que nos alimenten en la fe y el espíritu. Que compartan nuestras alegrías y nuestras penas. ¡Gracias señor¡
Junto con nuestro agradecimiento, nuestras suplicas, para que ellos puedan cumplir esta misión que Dios les ha confiado, oración para ser fieles a sus compromisos que hoy renovamos ante el Obispo y el pueblo.
Nuestra iglesia particular como Vicariato, se nos pide la dimensión misionera de forma explícita, sintonizar con la misión adgentes que Jesús pidió a sus discípulos y nos ha pedido el Papa, dispuestos a salir de nuestra comodidad a los lugares más pobres y necesitados. El sacerdote es el referente para los fieles con su testimonio y coherencia de vida para que todos vivamos ese mensaje de Aparecida, Ser discípulos misioneros de Jesús para que nuestros pueblos tengan vida y vida en plenitud.
Tenemos como gracia y bendición de Dios en el VAP el proyecto pastoral de las Santas Misiones Populares en el que se ha hecho un gran esfuerzo en todas las parroquias y hoy queremos felicitar a los sacerdotes y a los fieles que están viendo los primeros frutos, les animamos a seguir en esta línea misionera que es la esencia del discipulado de Jesús y del cristiano que quiera ser autentico.
Quisiera recordar aquí las palabras del papa Francisco, que recientemente ha dicho sobre el sacerdocio en sus catequesis: Deben apacentar el rebaño del Señor con amor, sino no sirve, son elegidos y consagrados para prolongar en el tiempo la presencia de Jesús si lo hacen con el poder del Espíritu Santo y con amor. El que quiera ser el primero, que sea el último, se haga esclavo de todos.
Un obispo o un sacerdote que no esté al servicio de la comunidad no hacen bien. Está equivocado.
En virtud del Orden, el ministro dedica todo su ser a su comunidad y la ama con todo su corazón, es su familia ¿Cómo? Como Cristo ama a su Iglesia. Como podrá alimentar su ministerio? Con la oración, la escucha de la Palabra y con la celebración diaria de la Eucaristía y cuidado del sacramento de la Penitencia, el que no hace esto pierde su comunión con Jesús y se hacen mediocres, igualmente decía esta semana a los seminaristas. “ustedes no se están preparando para realizar una profesión para convertirse en funcionarios de una empresa burocrática. Tenemos tantos sacerdotes a mitad de camino., les invito a ofrecerse con humildad como arcilla en manos del alfarero para modelar
Si ustedes están dispuestos a seguir este camino con actitudes y experiencias que les proponen es mejor que tengan el valor de buscarse otro camino. Palabras claras y sabias para el actuar de nuestros sacerdotes., exigentes y trasparentes, ojalá vivamos como nos dice Pablo, ya no soy yo es Cristo quien vive en mí.
Quisiera terminar esta reflexión en este día singular agradeciendo a los sacerdotes los esfuerzos por vivir la Comunión en el presbiterio y con el Obispo. Fundamental para el crecer y vivir de toda Iglesia.
Que los Stos oleos que vamos a consagrar sean el signo y símbolo de la fortaleza en la fe que damos a nuestros fieles al administrar los sacramentos por los cuales les llega el rio de gracia para su vida cristiana. También los oleos símbolo de esa unción que el día de nuestra consagración sacerdotal derramó sobre nuestras manos el obispo para que quedaran consagradas al servicio de Dios y no del mundo.
Que hoy signos oliendo al perfume de Dios que es el amor a Dios en la caridad , para como nos dice el Papa el pastor huela a oveja, dando nos a entender nuestra tarea de auténticos pastores que están con el rebaño cada día y caminan con él conduciéndolos a buenos pastos. Que Dios les bendiga a todos y felicitaciones por vuestro Si generoso a Dios a esta iglesia que os quiere y os necesita.
Rafael Cob

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