sábado, 31 de diciembre de 2011

AL FINAL DEL AÑO, ¿qué hicimos y qué podemos hacer?




“Esta semana oía en la radio sobre los millones de años que los científicos calculan sobre el origen que dan a la existencia del planeta tierra, otros entendidos hablaban sobre lo que tarda la luz de llegar del sol a la tierra, discutían si vivimos en el presente o el pasado por la rapidez de cómo se suceden los hechos, que si se apagara el sol en un momento quedarían unos minutos para llegar su efecto a la tierra, para sostener algunos que solo hay el eterno presente. Otros que en el hombre existe una energía que sobre vive a todos los tiempos, que es eterna y que los humanos antes de que aparecieran los primeros vestigios de expresión religiosa hace miles de años, ya habían manifestado su dimensión espiritual y trascendente. Porque en el ser creado por Dios, él ha dejado impresa su huella del espíritu divino en el ser humano.

Después de oír todo esto, nos preguntamos al finalizar un año si el poner limite o dividir el tiempo en periodos de años, añade o quita al hacer de las personas más viejas o más jóvenes., todo depende desde donde observamos ese tiempo que pasa, es distinto lo que percibe un viajero dentro del tren de alta velocidad con rumbo a un destino que el que observa fuera del tren como pasa a alta velocidad que no le da tiempo a percibir los viajeros que lleva el tren, mientras que para el que está dentro parece que el tren no se mueve.

Si miramos hacia atrás el calendario del año viejo veremos momentos de este año que han causado dolor y tristeza y otros han causado alegría y esperanza.

Podremos pensar después que pasó, viendo a la distancia los errores cometidos, nos podemos lamentar de lo que hicimos mal y pensar lo que debiéramos haber hecho para evitar los males causados y haber hecho mejor las cosas, mas eso no podrá ya arreglar el pasado pero si nos ayudará a vivir mejor el presente, nos viene a la memoria las palabras de Pilatos “ lo escrito, escrito está” o las palabras de Pablo: “sométanlo todo a prueba y quédense con lo bueno. Absténganse de toda clase de mal”.

Es fácil de tragarse todo lo que a uno le dicen o le cuentan sin detenerse si ello es bueno o es malo, es verdadero o es falso, someter las cosas a prueba en una sociedad competitiva por la calidad de sus productos es un ejercicio que se impone, debiéramos también aprender que debemos someter a prueba el hablar y el hacer de lo que otros nos ofrecen para dar su justo valor y evitar tantos sufrimientos inútiles.

Para ello debemos pedir a Dios que nos de la sabiduría no humana sino divina, para actuar.

1.- Con una conciencia verdadera y recta, no buscarnos a nosotros mismos ni nuestros intereses particulares personales o ajenos, puede haber icebergs ocultos que no se ven pero que podemos chocar con ellos, ese sería uno de los principios para juzgar mas correctamente, siendo trasparentes y coherentes no dejarnos traicionar ni por el sentimiento ni por las compensaciones humanas. ser sinceros. Un buen propósito para el nuevo año.

2.-El que puede ver lo pequeño es clarividente, en los pequeños detalles está la raíz de las grandes obras, las pequeñas fisuras que pueden pasar inadvertidas pueden traer consecuencias trágicas cuando se las deja pasar, usar la luz y vuelve a la clarividencia, esto es cultivar el valor de lo permanente, el que se mantiene fiel es fuerte, sin buscar protagonismos ni contraponer posiciones que lleven a la división, ser humildes. Otro buen propósito para el año nuevo.

Arrancar la soberbia que en el ser humano se va metiendo sin darnos cuenta, sin hacer ruido como el aceite en el algodón.

Al final de la vida recogemos la labor que hemos hecho con amor. De ello nos examinarán como nos recuerda S.Juan de la Cruz. El amor será el termómetro que marque el grado real de la calidad y la verdad de nuestras obras.

Por ello al terminar el año debemos pararnos en dos puntos: Mirar que hicimos y ver que vamos hacer de aquí en adelante.

En el punto de lo que hicimos analizar desde lo que recibimos y nos dieron para hacerlo.

Primero nos dieron con la vida de cada día, el tiempo para hacerlo, nosotros no somos dueños del tiempo solo administradores de él, a veces le perdemos, otras le aprovechamos, pero siempre lo recibimos gratis, nada hemos pagado para tener el tiempo, Dios le regala cada día hasta donde él quiera.

Segundo, también recibimos además del tiempo, la salud y fortaleza para trabajar en el tiempo, el cuerpo con sus miembros y la cabeza para pensar bien y alcanzar nuestras metas.

Al final si hemos hecho el bien, recordar las palabras de Jesús “siervos inútiles somos, solo hicimos lo que teníamos que hacer “ .

Mas bien agradecer a Dios, porque con lo que él nos regaló y el buen uso de nuestra libertad que es la parte esencial de nuestro obrar, (ya que Dios nos hizo a su imagen, libres para actuar.) Pudimos hacer el bien a mucha gente. Cumplir nuestras metas o alcanzar nuestros deseos que nos propusimos, por ello agradezcamos a Dios. Una obligación al final del año ser agradecidos por el bien que hicimos y nos hicieron.

Junto con nuestra libertad, Dios no dio un corazón para amar ¿En dónde pusimos nuestro corazón el año que ha terminado? ¿En las riquezas que ambicionamos o en las pobrezas que contemplamos? Fue un corazón generoso para con los demás y para con Dios o egoísta e indiferente ante las necesidades de los demás? ¿Latió a ritmo del espíritu de Dios o del espíritu del mundo? ¿Se lleno de amor, humildad y servicio o de odio y soberbia?

Es bueno saber que si nos dieron el tiempo la vida y la fuerza para hacer y no lo hicimos al menos debemos pedir perdón por desaprovechar el tiempo y los talentos que nos dieron para hacer el bien, preguntarnos si hemos defraudado al que puso su confianza en nosotros y pidamos al menos disculpas. Asumamos con sinceridad nuestros fallos, no caigamos en la tentación de poner falsas justificaciones.

Al terminar el año es momento también para mirar que es lo que en adelante queremos hacer o debemos hacer, cuáles son nuestras esperanzas y las metas que queremos alcanzar a futuro.

Muchas cosas se quedaron pendientes, otras se nos presentan, inspiraciones, proyectos. Un nuevo año está llegando, ha llamado pidiendo que le abramos la puerta, déjale entrar, te trae esperanzas de amor y paz, y podrás hace en él grandes cosas, si pones la fe en Dios. Pues como nos decía la palabra nada es imposible para el que cree y pone su confianza en Dios.

Mons. Rafael Cob

viernes, 23 de diciembre de 2011

BELEN EN LA CATEDRAL


El Belen de la Catedral fue montado pensando y valorando la familia, por ser el año de la familia.
En el año de la Familia ofrecemos este pesebre.
El hogar de Nazaret donde María y José educaron a Jesús.
El taller de José donde Jesús trabajo.
El pozo de la casa, donde María sacaba el agua para preparar la comida y labra la ropa.
La huerta donde María y José sembraban da esperanza.
Que nuestras familias sean cono la de Jesús que recen trabajen y se amen mucho. 


jueves, 22 de diciembre de 2011

VISITAS DEL SR. OBISPO AL MONASTERIO SANTA CLARA Y AL HOGAR DE ANCIANOS TOMAS ROMERO


Por ocasión de la celebración de las fiestas natalinas, el Sr. Obispo visitó al Monsterio Santa Clara y el Hogar de Ancianos.

Monasterio Santa Clara - El Triunfo





Hogar de Ancianos Mons. Tomas Romero - Puyo